En el marco de recientes casos de intoxicación alimentaria registrados en distintas provincias de Argentina, especialistas en bromatología advierten sobre la importancia de extremar las medidas de higiene y seguridad a la hora de adquirir un queso artesanal. En las últimas semanas, se notificaron decenas de personas afectadas por la bacteria Listeria monocytogenes en Tucumán y otros puntos del país, lo que encendió las alarmas en torno al consumo de lácteos sin controles adecuados.
La compra de un queso artesanal no debe basarse únicamente en su apariencia o en la fama del productor. Los expertos recuerdan que es fundamental evaluar aspectos como la textura, el olor, el sabor y el aspecto visual del producto, así como verificar el origen, los ingredientes y la información que figura en la etiqueta. Este paso es clave para confirmar tanto la autenticidad como las condiciones de conservación del alimento.
Quesos artesanales: qué se debe tener en cuenta antes de comprarlos
Además de la fecha de vencimiento, existe un detalle que muchas veces pasa desapercibido y que, según los especialistas, es decisivo para evitar riesgos. Es sabido que los lácteos son un tipo de alimento muy delicado, ya que si pierden la cadena de frío, pueden causar intoxicaciones alimentarias muy severas. Por eso, se recomienda prestar especial atención a un indicador que puede alertar sobre la presencia de bacterias.
Ese detalle, particularmente relevante en los quesos cremosos o frescos, pero aplicable a todos los tipos, es la textura del envase y del producto. Hay que fijarse si el envase está hinchado, ya que esto significa que adentro hay una bacteria liberando gas. Por esta razón, siempre que compres un queso, el envase tiene que estar totalmente pegado al producto.
Otros signos de alerta que pueden indicar que un queso artesanal está en mal estado incluyen cambios notables en el olor —si huele ácido, rancio o agrio—, la presencia de líquido amarillento separado de la masa, o una textura granulosa, seca o extraña. En cualquiera de estos casos, lo más seguro es no consumirlo.
Los ingredientes también merecen atención: los quesos artesanales suelen elaborarse con leche cruda, fermentos, cuajo y sal. Una lista corta y natural es señal de un producto auténtico, mientras que la ausencia de información clara debe generar desconfianza. Asimismo, conocer el origen y al productor es un plus, ya que permite obtener más detalles sobre los métodos de elaboración y las medidas de higiene aplicadas.
El etiquetado debe ofrecer datos precisos sobre el origen, la lista de ingredientes, la fecha de caducidad y las condiciones de conservación. La temperatura es otro factor determinante: los quesos frescos requieren refrigeración constante a bajas temperaturas, mientras que los curados pueden conservarse en condiciones más flexibles, pero siempre dentro de parámetros seguros.